lunes, 9 de abril de 2012

"Mujeres transgresoras"

"Mujeres transgresoras"/ DEY, Teresa (Océano, México, 1997)

Por Elsa Lever M
Periodista con Maestría en Comunicación por la FCPyS de la UNAM, diplomada en Género por el PUEG de la UNAM, y en Feminismo por el CEIICH de la UNAM.
Mujeres Transgresoras es la obra de Teresa Dey en la cual se relatan las historias de 10 mujeres que de una u otra manera violentaron las reglas establecidas.

No importa cuán antes o cuán después se decidieron; en su atrevimiento llevaron la emancipación… Diez mujeres que muestran los derechos más importantes que poseen como seres humanos en sí, y como género.

Así por ejemplo, Lilith muestra la génesis del antagonismo entre hombres y mujeres, así como la búsqueda de la igualdad, la equidad y la libertad. Rescata la importancia de la diferencia dentro de la igualdad. “La historia de Lilith” es la narración de Samael, un ángel caído que dentro de una serpiente ayudó a Lilith a vengarse de Adán.

Asfixiada por el poder inmovilizador de Adán, Lilith abandona el Paraíso y se encuentra a Samael. Adán le pide al Creador traer de vuelta a Lilith y los ángeles van en su búsqueda pero ella se niega: “¿Acado no saben que Elohim me regaló también la voluntad?”. Eva es creada y dada a Adán, y éste queda satisfecho con ella porque era dócil y mansa. Pero finalmente comen del fruto, y mientras Eva se convierte en dadora de vida, quien alimentaba y quien llevaba en su vientre el futuro de la humanidad, él permanecía celoso.

Cuando Adán se da cuenta de que ha envejecido, Lilita se burla: “¿Dónde está tu belleza Adán? ¿Y tu soberbia? Parece que después de todo, Adonai nos amó por igual. El Señor Todopoderoso es justo”.

Eleonora cuestiona el gran mito de la virginidad. Qué tiene más valor, ¿la verdad o la mentira? La gente sólo ve lo que quiere ver y a partir de ahí construye sus reglas de convivencia. “Eleonora y el unicornio” es el relato de cómo nació la fuente de las aguas virginales. Eleonora tenía un unicornio con el que salía a pasear todas las noches a escondidas y era feliz. Los habitantes admiraban la virtud de la joven. Decían que sólo una virgen podía montar al unicornio. Nadie sabría nunca que ya se había entregado al unicornio…

Yang-lei es el encuentro con el placer, con el derecho a sentir, a gozar. El derecho a la sensualidad y la sexualidad. En la historia, “La bolsa de Yong-Tai”, Yang-lei tiene en sus manos un saquito muy extraño que parecía estar hecho de pedazos de piel. Al frotarlo comienza a percibir sensaciones placenteras. La joven se asustó y se dio cuenta que algo en su interior había cambiado. Parecía atraer las miradas, empezó a recibir atenciones, tenía algo mágico en su presencia…

Metztli muestra el camino del derecho a decidir sobre el cuerpo y la maternidad, al aborto. A escoger la pareja que se desee. Metztli censura la violación sexual, el poder físico del hombre, mas no el espiritual. En la historia, “Metztli”, ella misma cuenta los sucesos. Su nombre, gracias a la Conquista, es María de las Mercedes. Manda llamar a sus hijas para explicarles, instruirlas. Son consejos de mujer a mujer, transmitidos de generación en generación: deberes, principios domésticos, sociales, cuturales.

Con dolor les narra la violación de la que fue objeto por el español, dando por resultado un embarazo. Finalmente, al nacer el niño, Metztli lo ahorca y lo entierra: Aquí crecieron como campesinas, mis niñas, mis piedras preciosas (…) Acepten cada una a un hombre de su raza, puro, limpio, no importa que no sea noble, que no sea rico. Multiplíquense, recuerden que son sagradas, eternicen su nobleza, mis gotitas de oro…”

Ysavel, la que por sus ojos de mar estuvo señalada siempre, pone al descubierto dos rasgos contradictorios: la solidaridad y la autodestrucción de género. Al dañar a otra mujer se están dañando a ellas mismas. Además deja claro que no se trata de lastimar o afectar a los hombres por capricho.

Acusada de ser bruja, en la historia “Ysavel ojos de mar”, la Santa Inquisición está por quemarla. Tras años de encierro, pues una tal Nélida la acusó porque no quiso ayudarla a embrujar a un hombre para que quedara en su poder, Ysavel conoció en la cárcel a otra mujer, que por amor estaba ahí. Finalmente. Al estarse quemando Ysavel, Nélida comenzó, inexplicablemente, a arder por dentro hasta morir.

Evelina es ejemplo de la búsqueda de la paz, por sobre las reglas, juicios y sanciones sociales. Al buscar la propia felicidad se está enseñando a los hijos a valorar lo que tienen y a buscar su propia felicidad. La narración, “Carta Inédita”, es sobre una madre que se da cuenta de lo inútil de los “sacrificios” en su vida personal, gracias precisamente a su hija, que le reclama lo cobarde que había sido al desperdiciar la vida al lado de un hombre que no amaba, dejando pasar de lado la verdadera vida.

La tercera esposa de Muhammad es el derecho a decidir pareja, incluso del mismo sexo. Nadie conoce tan bien a una mujer, que otra mujer. En “Insh’Allah”, Alina, la primera esposa, la prepara para la boda, para el gran momento en que le entregaría su virginidad a Muhammad.

Alina la adiestra, la hace conocer su cuerpo y sentir placer para que sepa ser buena esposa. Y lo consigue. Al estar recostada sobre su esposo, piensa: “Cuento las horas para regresar con Alina (…) Seré una buena mujer, me esforzaré en complacer a mi señor, seré tierna y dulce en el abrazo, pariré a sus hijos con una sonrisa para que no llame a Alina a su lecho, para que no la vuelva a tocar, porque ella es mía, mía nada más”.

María es la persecución de la independencia, la libertad y la dignidad. Ser fieles a una misma, a lo que somos, a lo que pensamos. “Un error de apreciación” cuenta que María no quería ser como su mamá ni como su futura suegra, “muy mujeres”. Le gustó su futuro marido por buen partido, serio, guapo, responsable y porque a escondidas la hacía estremecerse de placer y deseo, sin llegar al coito.

Pero en la luna de miel, sólo la penetró, sin cariño, sin pasión: “¿Qué tal? ¿Te dolió mucho? Estás rica, apretadita…”, le dijo satisfecho. Ella cuestionó por qué no la había acariciado como cuando eran novios, por qué había sido tan rápido. Él le respondió que ya se acostumbraría, que era su esposa, no una piruja y debía hacerle el amor decentemente. María pensó entonces que ella no se “había casado para ser la bacinica de los placeres de otro, ni para obedecer ni para ir de bendición en besamanos”, y aprovechando la siesta del marido, salió silenciosa y se fue: “No sabía lo que quería, pero tenía bien claro que eso no era”.

Diana pone en tela de juicio la autosuficiencia del mundo ejecutivo para las mujeres, pero deja al descubierto también el mito de la pareja ideal. ¿Por qué buscarla si no existe? Tal vez algo cercano como una máquina, la cual sólo tiene el defecto de que hay que conectarla porque se descarga. Pero sólo eso. En "El hombre ideal" todo lo demás es justo lo que en esta historia necesitan las mujeres: “En vez de los ojos cristalinos, vi una pequeña pantalla de cristal líquido con una palabra claramente escrita: discharged”.

Sin embargo, Diana se queda con él, porque dice que aunque fue difícil, los costos altos, no se arrepiente. Y ya lleva cuatro años viviendo con él, ha guardado el secreto y le gusta que sus amigas la envidien: “Balder fue hecho para mí”.

Apocalíptica es un reconocimiento a la maternidad como promesa. A la mujer como fuente de vida, esperanza y amor. Hijos ya no hechos por Dios, con la soberbia del que todo lo tiene, sino hijos nacidos del vientre materno, que saben del dolor y la humildad.

En “Apocalíptica”, de pronto descendió de los cielos una mujer embarazada. “Estaba por dar a luz un mañana incierto”. Ella le suplicó a Dios que no le quitara a su hijo otra vez. Y dio a luz a una niña y un niño y Dios se los dejó. La serpiente, ahora dragón de siete cabezas, esperaba para devorar el fruto vivo, pero no pudo: “¿Quién eres tú que contradices lo escrito en los libros desde el principio de los tiempos? ¿Eres acaso Lilith? ¿Eres María? ¿O tal vez Eva?”.

La mujer, segura de sí misma, con la seguridad de que Dios la protegía, le contestó:”Soy todas y ninguna. Soy la que da vida, la Esencia, la Madre, la Mujer, la otra Mitad del Todo. Eloi me escuchó y quiso darle al mundo una última oportunidad a través de mis hijos (…) Ellos son la promesa, la estirpe de la humanidad (…) Para que recuerden la soberbia del hombre nacido en el Paraíso, al que todo le fue dado y quiso ser como Dios”. Y expectante, escondida, la serpiente los observaba en silencio.

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